martes, 23 de febrero de 2016

LAST SHIFT (2014)



Se dijo de esta película que era una de las mejores del año 2015. Yo aún sigo poniéndome al día con el extenso ranking que nos propuso Blog Horror y todavía no os puedo corroborar tal afirmación, pero lo que sí os puedo asegurar es que Last Shift es una película excelente que consiguió acojonarme y eso es algo que muy pocas consiguen. Además, me llamó la atención que me impresionase una producción con claros elementos paranormales porque yo no soy nada creyente en este tipo de fenómenos y las películas con esta temática no suelen calarme muy hondo, así que algo debe de tener, ¿no?
Es el primer día de trabajo para una joven policía en una comisaria que cerrará sus puertas al día siguiente a causa del traslado a una nueva ubicación. Jessica sólo tiene que vigilar las instalaciones durante la noche y facilitar la entrada al equipo que trasladará el material de riesgo biológico. Sin embargo, lo que parecía una noche tranquila se convertirá en una pesadilla para nuestra protagonista, ya que hace un año se suicidó allí el líder de una secta satánica y esa noche vuelve desde el mismísimo infierno en busca de venganza.

Anthony DiBlasi coescribe y dirige esta película y puede que su nombre os resulte familiar ya que es también el responsable de Dread (2009), una película que exploraba los terrores del ser humano y de la que he oído hablar bastante, aunque todavía no he visto (que a una no le da la vida para ver todo lo que quisiera, jejeje).
No sabría cómo explicároslo pero Last Shift es una película que te atrapa, te parece estar experimentándolo todo al lado de la protagonista y, por lo tanto, puedes sentir el miedo y la tensión que ella padece. Después de indagar acerca de esta producción resulta que ésta era precisamente la intención de DiBlasi: convertir esta cinta en una experiencia visceral, comparable a la de un videojuego en primera persona. Esto se consigue gracias a planos tomados desde el punto de vista de Jessica, es decir, vemos solamente lo que ella ve, tenemos primeros planos de su cara y sus reacciones e incluso hay planos tomados desde detrás de ella, como si los espectadores fuésemos su sombra.

Toda la historia se desarrolla en un único escenario, una comisaria desierta, lúgubre y de pasillos laberínticos que contribuyen perfectamente a la sensación de desasosiego e intranquilidad que lo inunda todo. Según cuenta el director encontraron la comisaria antes de tener acabado el guion por los que fue fácil adaptarlo a los espacios con los que contaban.  El emplazamiento era una comisaria real en desuso en Sanford, California y estaba en una zona un tanto peligrosa. El rodaje de la película se hacía por la noche y en una ocasión, mientras estaban grabando, oyeron un disparo bastante cerca y se escondieron por precaución (como si le hiciera falta más tensión a la producción, jejeje)
Además de contar con un único escenario, la mayor parte del tiempo sólo aparece la policía novata en pantalla, Juliana Harkavy, que hace una interpretación magistral para ser éste su primer papel protagonista. Sus reacciones son totalmente naturales y yo todo el rato pensaba que actuaba de la misma manera que lo hubiese hecho yo en su misma situación. No es difícil ponerse en su piel ya que Jessica se enfrenta a uno de los miedos más universales que hay: quedarte solo en un lugar y empezar a oír ruidos raros de los que desconoces su procedencia. ¿No se os eriza la piel sólo de pensarlo?, pues ya veréis cuando veáis la película, jejeje.

Otro punto a favor de esta cinta es el maquillaje que lucen los seres demoniacos que asolan la comisaria. Os lo diré en una palabra: acojonan,  y bastante, jejeje. Es una pena que uno de los posters de la película los muestre porque hace spoiler de una de las bazas más importantes con las que cuenta la historia.
Han sido muchas las comparaciones de Last Shift con el gran éxito de John Carpenter, Asalto en la comisaría del distrito (1976) y razón nos les falta. Estamos frente a una comisaría aislada y desierta pero, en vez de ser atacada por unos pandilleros, va a ser asolada por fuerzas diabólicas, muy al estilo de Lets Us Prey (2014), otra locura sobrenatural demoniaca localizada en una comisaria.

Y ya para terminar de rizar el rizo os cuento que el apellido de ese clan demoniaco que se suicidó hace un año en la comisaria, Paymon, no es un nombre elegido al azar sino que hace referencia a uno de los demonios que aparecen en La llave menor de Salomón, uno de los libros más conocidos de la demonología cristiana que data del siglo XVII. Entre los poderes que se le atribuyen a este demonio estaban provocar visiones, resucitar muertos,… os suena, ¿verdad? Indagando acerca de este libro se me ha ocurrido una idea estupenda para una saga de terror de la que no os voy a contar nada para que no me robéis mi salto a la fama, jejeje.
Ésta es una de esas películas del 2015 que no deberíais perderos. Puede que su guion sea muy simple y tenga algún que otro fallo, pero es más una película que os va sugestionar y a dar miedo, cosa que muy pocas consiguen y, sólo por eso, ya merece la pena verla. Pero además, en los últimos 5 minutos de metraje, alucinaremos con la resolución de la historia. Un perfecto colofón para una película que a mí me hizo disfrutar muchísimo.